5 ene 2015

El chico que ríe (3)

Nos conocimos.

Papamio es un chico intrépido de buenos modos y buenos tratos, hasta que claro, se ve inmerso en una situación incómoda (como lo era presentarse ante el chico que ríe), que es donde surgen las pláticas dicharacheras apresuradas, divagaciones extrañas y risas nerviosas.

Sin embargo, en esta ocasión las cosas fueron un tanto distintas.

Había querido esperar un par de meses o semanas para conocer al chico que ríe, pues con las comidas y festejos decembrinos el cuerpo está con kilos de más, ojeras y cansancio acumulado; pero él fue contundente "ya me has dado muchas largas, quiero conocerte". Así lo dijo.

Quedamos.

La cita fue pactada en un bar para un sábado a las 9:30 de la noche. Papamio, astuto y dominante, hizo lo de siempre: acudió con minutos de anticipación para "palpar terreno", escoger la mejor mesa, ubicarse de tal forma en que el chico que ríe viera que Papamio siempre tiene el control (ay ajá, juras).  Pero una vez más el chico que ríe alteró el plan.

"Nos vemos antes de entrar", "espérame para entrar juntos". No, no, no. Not cool. Mi estrés se disparó, no podría preparar las cosas. Aún así decidí llegar temprano... y él también.

10 minutos antes, yo ya estaba recargado en un pilar cerca de la entrada de aquel bar, texteandose con el GraffoBoy (un amigo gay), cuando entonces el chico que ríe me escribió.

-  "Ya vienes?" preguntó.
- "Jaja sí, de hecho, estoy aquí".
- "Es en serio? yo también, aquí en el oxxo"
- "ah, jaja va"
- "Espérame, voy para allá...  oye y cómo te reconozco?"
- "jaja pues soy el único aquí... soy el chico que ríe nervioso". 

Buena descripción papamio, estás lleno de caos e incomodidad. Oh Papamio! es que te las das de controlador y ni contigo mismo puedes.

Mi mirada fija en el celular, no podía hacer nada más, ni levantar la vista pues ¿y si nos vieramos de lejos? ¿qué se hace? ¿qué se espera?

- "¡Hola!"

Era él. Apareció tras de mi. No lo podía creer, era él, por fin él me conocía.
El chico que ríe era más alto a como yo lo recordaba. Utilizaba mezclilla y un suéter grisaceo que combinaba muy bien con su tono de piel... y aún más con su sonrisa. Yo, como me describí, reí nerviosamente. Él solo reía y comía un swinkle acidito.  Nos abrazamos, saludamos con familiariad y complicidad.

Caminamos hacia el bar, él haciendo  Small Talk y yo, distraido, intentando poner en orden mis ideas, aparentando segurida dy tranquilidad. Debo admitirlo, su voz sonaba diferente, extraña. Más jotera a como la recordaba, sí, pero ese no era el detalle principal, sino que... había algo que no cuadraba con él; no tanto por "el ideal" suyo que formé en mi mente, eso ya era esperado, sino que de hecho ALGO tenía.

Yo iba por delante, indicando el camino (él nunca había visitado ese bar), hasta que FAS, me interceptaron en la entrada un grupo de personas... era el dueño y su staff. Pensé "valiendo ma... está cerrado", cuando el dueño me preguntó si habíamos hecho reservación, (lo cual sólo incrementó mi nervio), contesté que no, pero él le indicó a un mesero que nos señalara una mesa para dos. Me salvé.

Pedimos algo y, pronto, hablamos de donde nos conociamos. Él preguntó, yo respondí. Revelé nuestro amigo en común, cosa que a él no le pareció muy bien (o al menos eso detecté, pues al parecer la RubiaJotilla, recuérdenla de mi historia inicial de esta saga, había sido su novio por un mes).

Luego ya, se "relajó" el tema y me dijo "claro.... eras tú... jamás lo habría pensado. ¡Qué curioso! Te conozco el mismo día que conocí a mi ex". Yo quería decirle "y desde ese día te amé, pero lo preferiste a él" pero supuse que era demasiado para una primer cita.

Estuvimos platicando muy agusto, inmediatamente bromeamos, salieron temas de interés mutuo, desde películas, filosofía, joterias vanales y claro, chascarrillos homosexuales divertidos.

Empezó a contarme cómo le había ido en vacaciones familiares de hace unas semanas, cuando noté que en efecto estaba hablando muy P A U S A D O.  Debió notar mi mirada de desconcierto pues entonces me dijo  "P e r d ó n.  T e   s e r é   s i n c e r o,  t o m é   u n a s   b e b i d a s   a n t e s  d e   v e n i r. "

Era eso... el chico que ríe estaba ligeramente tomado, en parte por una reunión familiar que había tenido y en otra, porque estaba algo nervioso de conocerme. Me extrañó, pero no me desagradó. De alguna forma, puesto que siendo yo, Papamio, un chico que gusta de la beberecua, lo entendí. In all fairness... I also had a couple of drinks before coming over.

La noche fue muy agradable. Sentí una conexión positiva con él. El chico que ríe, hacía eso justamente, reía. No todo era perfecto claro, me confesó que su estilo de hombre ideal era Zac Efron, rubios de cuadritos y tal... para los que me conocen saben que Papamio, aunque guapo, coqueto y hermoso, no tiene un parecido inmediato con Zac Efron.
Además, él se distrae fácilmente con la gente, le gusta verlos, "tijerearlos" (comentar sobre cómo caminan, visten, o hablan), encima de que él, es "popular", es decir, conoce muchas personas que de inmediato lo saludan.

Por último, me contó algunas historias sobre ser "Mala copa", cosa que aparentemente le sucede mucho.

En fin. Me divertí, me gustó y yo deseaba seguir esta historia.

Fui directo, aunque ya copeados me decidí preguntarle.

- "Este soy yo... ¿qué opinas? ¿hay posibilidad?"

- "Papamio... soy sincero. No eres mi tipo. Pero luego de estar contigo hoy... no veo razón por la cual no seguir saliendo contigo."


(Hubiera sido mejor que dijera "me gustaría seguir saliendo", pero bueno... it's something, and I'll take it).







No hay comentarios: