1 dic 2014

El chico que ríe (parte 2)

Sin novedad, los días pasaron.

Yo dejé atrás ese capítulo del chico que ríe, pues al verlo besarse con la JotillaPelirroja, supuse que nada bueno podría haber en mi si me atrevía a explorar ese escenario.
Mi vida continuo y todo estaba en paz.

Semanas después fui de nuevo al antro acompañando a uno de mis amigos, a quien le "ayudé a encontrar el amor" (pero esa es otra histora). Mi amigo tardó un poco en llegar, por lo que yo estaba solo, bebiendo en una esquina y jugueteando con mi celular.

Esa misma noche el destino hizo una jugarreta curiosa, pues mientras yo estaba distraido, llegó al sitio la jotillapelirroja acompañada de el chico que ríe y otros amigos suyos.

Sonreí, "jeje qué curioso" pensé. Nos saludamos y la jotilla me presentó al chico que ríe... "mira, papamio, él es mi novio".  ¡Zaz! Controversia, caos y un dejo de "valiendo ma..."

Nos saludamos cordialmente, me invitó a estar un rato con ellos. Aproveché para sacar información mínima necesaria para conocer más de cerca al chico que ríe, pero fueron momentos breves, mi amigo había llegado.

Me alejé de ellos y me fui a convivir con mi amigo, con el pensamiento de "¿por qué él está con el chico que ríe y yo no?"

Los meses pasaron. No volví a saber del chico que ríe. En alguna ocasión me topé a la jotilla, me comentó que había fracasado la relación entre ellos. "Es que al chico-que-ríe le gusta mucho beber alcohol y yo me valoro más como para andar con alguien que le gusta beber".  No entendí su razón... finalmente se habían conocido en un ambiente de alcoholes y libertades, no veo porqué tendría que ser un gran problema.

Pero bueno, el caso es que ya no estaban juntos, aunque eso no importaba, pues yo no sabía más del chico que ríe y no me sentía en condociones de buscarlo.

Eso fue, hasta que me salió al encuentro.

Ay amigos lectores, que existen herramientas tecnológicas para interacturar con gente cercana con la protección que da el anonimato.

Pues en una de esas herramientas o aplicaciones para teléfonos móviles, me apareció.

Ahí, sonriente, tranquilo, feliz. El chico que ríe. Me emocioné. Quise saludarlo, sonreírle de vuelta, pero algo me lo impedía... ¿qué le podría decir? ¿Hola? ¿Qué onda? No, no papamio así no.

¿Cómo entonces? De la única forma en que papamio sabe... creando caos, discordia e intriga.

Lo saludo y, aprovechando el anonimato, le digo, algo como:

"Nos conocimos en una ocasión. Te vi sonreír y en ese momento, me enamoré. Pensé que eras el chico más hermoso que jamás haya visto, y con solo un instante te llevaste mi noche. Deseo que estés de lo mejor, sonriente y feliz.  Te lo digo yo, tu admirador secreto"

Ay Papamio, que esta vez te pasaste.  A quién se le dice esas cosas, así tan fuertes, misteriosas y profundas (con un dejo de cursilería, claro). Pues se las dije así a mi chico que ríe.

Los minutos pasaron y entonces, respondió... "wow, es el mejor cumplido que me hayan hecho. Gracias :)   te deseo lo mejor también".

Así comenzó la etapa en que Papamio se transformó en un seductor.




1 comentario:

DEVILMAN dijo...

Esas aplicaciones son muy utiles siempre y cuando no se rompa ese anonimato xDDDDDD

Abra parte 3 :U?