Divagación 'perfecta'

Existe en este mundo una clase de personas cuyas vidas siempre irán encaminadas (aunque ellos no estén del todo convencidos) a la perfección.

Dichas personas encarnan en aquellos que brillan, que sin pretensión a nada más que ellos mismos, sobresalen y son el éxito en dónde quiera que se encuentren: música, estudiantes, meseros, etc.

Son los chicos y chicas que con una sonrisa te enternecen el corazón y que te llevan a decir "que persona tan genial" y algo de ti quiere vincularse con ellos, sea en el plano amistad, sexual, amoroso o ve tu a saber.

Ahora bien lo curioso es el hecho que su perfección o la desconocen, o son unos amos de la mentira y el engaño. Sin embargo, como son 'perfectos', no podemos encaminarnos a que nos mienten en cada paso y expresión, por lo cual no queda de otra que asumir que son ignorantes de su magia y perfección. Además, ¿no causa más impacto sonreír por verlo tan feliz y tan des-preocupado por su alrededor, cuando tu por dentro estás en una experiencia única de contemplación y misticismo?


Esto es lo que me provocan ese tipo de personas. Es decir, en añadidura a que sean personas lindas, guapas, educadas, de buen cuerpo, etc, se les suma la inocencia (más no ingenuidad), que hacen de esa persona un humano de profundo respeto y admiración.

Caso como el día de hoy, que me encontraba en una reunión de una oficina, donde ya el buen papamio! le había echado el ojo coqueto a un chavo (que más allá de que si está guapo o no, se ve muy agradable y muy simpático), y pues los pensamientos papamiescos estaban a la orden del día. Sin embargo, llegó otro chavo (que detecté, dudoso, como uno de éstos individuos perfectos), novio de una chica de la oficina y que justo en la reunión y por una típica broma oficinezca, el chavo cayó en la broma, no a sabiendas, no por el "qué dirán", sino por su inocencia y su rectitud. Ahí es cuando, pese a que uno puede tener otro chico en la cabeza, toda la atención se enfoca en el chavo perfecto. Es cuando uno reconoce que estas personas ya tienen la vida resuelta y que sólo les queda estar en una armonía disfrutable y placentera con el universo...

Contemplé, sonreí con él, no por la broma (y que todos reían por eso), sino por el hecho de haber descubierto lo perfecto en medio de la rutina.

Lo negativo (ya viene el pensamiento pesimista) es que justo unos minutos después de la experiencia estética viene la caída. La caída de saber que pese a tener la habilidad de descubrir algo tan estupendo y único, se está condenado uno a nunca ser el objeto de la experiencia, sino, siempre el espectador, burdo, hostil, inseguro... cosas tan remotamente alejadas a la perfección, que incomoda.

Contemplar y sin ser contemplado....

-sigh-


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